Deterioro de su salud bucal

El incremento de bebidas frías y carbonatadas, el elevado consumo de azúcares y la relajación en los hábitos de higiene son los grandes responsables del deterioro de su salud bucal.

Sensibilidad dental
La época estival es la gran enemiga de la sensibilidad dental en los niños debido a los grandes contrastes de temperatura que se producen al tomar alimentos y bebidas muy fríos, a lo que se suma el aumento del consumo de bebidas carbonatadas y su efecto sobre el esmalte. “La principal consecuencia de ello es la aparición de una sensación intensa y dolorosa en los dientes que puede impedir comer con normalidad. Para hacer frente a la sensibilidad dental se recomienda prestar especial atención al cepillado, utilizar una pasta dentífrica especialmente diseñada para dientes sensibles, evitar los grandes contrastes de temperatura en los alimentos y el abuso de bebidas carbonatadas y muy ácidas”.

Aumento de la placa bacteriana
El cambio de horarios y hábitos durante las vacaciones repercute a la hora de seguir unos hábitos de higiene dental. Como consecuencia, aumenta el riesgo de acumulación de placa bacteriana que puede empeorar la salud gingival. Además, el cloro de las piscinas es también un factor que puede favorecer el aumento de placa y sarro al estar expuesto a él durante muchas horas a la semana. Con todo, “es fundamental recordar a los más pequeños que el cepillado es algo imprescindible, sobre todo antes de acostarse. Las dos reglas de oro: un mínimo de 2 minutos y enjuague bucal”.

Aumento de caries
Las caries no descansan en vacaciones pero sí lo hacen los hábitos de higiene bucal, sobre todo en los niños. “Esta relajación en el cepillado, sumada al abuso de alimentos y refrescos azucarados, se traduce directamente en un mayor riesgo de caries. Para evitarlo, debemos acostumbrar a los más pequeños a llevar siempre un cepillo en la mochila para cuidar su higiene dental después de cada comida”, que debe ser equilibrada y contener vitaminas favorecedoras para nuestra dentadura como la vitamina C.

Traumatismos dentales
Por último, no podemos olvidar que los traumatismos se duplican durante en el verano por el ritmo de vida de los más pequeños. “En ocasiones no podremos evitarlos, pero sí podemos actuar frente ellos comprobando si el diente está correctamente y acudiendo de inmediato al dentista, sobre todo si el diente se ha caído por completo. Si hemos podido recuperarlo, ya sea solo un trozo o el diente entero, es posible que pueda ser reimplantado en la boca del niño”.

2018-07-16T09:03:07+02:00